"El lugar donde más florece el optimismo es en los asilos de lunáticos". Havelock Ellis
"Pues yo preferíria ser un optimista loco que un pesimista cuerdo". Albert Einstein

lunes, 18 de mayo de 2009

Everybody's changing. Por una mirada



Vi a Rose Mary sentada en un trozo de bloque de cemento, en pijama y con el móvil en la mano.

Me dijo que al ir a tirar la basura el viento había cerrado la puerta de su casa y había olvidado las llaves dentro. Curioso -pensé- salir sin llaves y con móvil.
Le pregunté a qué hora vendrían a despedirse de nosotros, Mario y ella. A las nueve, me contestó.
Mientras me disponía a seguir mi trayecto, la amplia avenida que serpentea lánguida al mediodía, con el sol dándome de lleno en la cara, decidí hacer tiempo para no estar en mi casa a las 21 horas.
No. No me gustan las despedidas. Crecer es aprender a despedirse, como diría aquél sombrón.
Y yo, aprendo, aprendo a saber aquello que me beneficia de aquello otro que, aunque sea lo correcto, no lo hago si la bola en la garganta se convierte en intragable.

Horas más tarde, estaba con dos amigas tomando un zumo en un bar y hablando por los codos, de tal forma que no lo vi entrar.
El camarero se nos acercó. Nos dijo que teníamos la ronda pagada.
Carmen miró hacía la barra y saludó a su vecino, dando por hecho que había sido él quién nos había invitado.
Miré y vi a un tipo que me recordó a Jota. Nos daba la espalda y de vez en cuando giraba su cabeza de derecha a izquierda, conversando con otros dos.
Si es Jota, es un Jota que se ha tragado a otro Jota. Vamos, que es un Jota dos por dos, pensé.
Y en el caso que fuera -como lo conozco- ya estaría en nuestra mesa, haciéndose con la conversación y siendo el centro de atención, como siempre. Algunos no cambian.

Mis peores presagios no tardaron en cumplirse. Un momento más tarde, ya tenía a Jota arrasando como un torbellino de fuerza, invadiendo mi espacio como una plaga de energía letal de la que es imposible sentirse inmune.

Jota se sienta a mi derecha -sin que lo hayamos invitado- y empieza a hablar y a hablar; entre otras muchas cosas me cuenta que ha engordado debido a un problema de tiroides.
Si, pienso para mis adentros, debe ser eso, ya que no es una gordura normal, es más bien como si estuviera hinchado, pero también pienso que puede ser debido a las siete cañas que se está metiendo entre pecho y espalda en menos de media hora.

Jota y yo nos parecemos, ambos somos impetuosos, naturales, conversadores, espontáneos, pillos y muy jóvenes. Da igual que hayan pasado tantos años desde que fuimos ¿novios? Nunca fuimos novios. Seguimos igual que siempre. ¡Dios! ¡Que cruz! Nada ha cambiado. Nada. Cada vez que nos vemos, pasen tres años, o siete, siempre es como si nos hubiéramos visto la tarde anterior, cuando me esperaba en las escaleras del jardín de mi casa, y antes de que me diera cuenta, ya tenía la lengua metida hasta el gaznate y las manos -siempre he pensado que las suyas se multiplicaban por 10- desabrochándome el sujetador.

Jota conseguía crear un universo paralelo, propio y único, una abstracción de sobeteos sometidos a la magia de nuestra química, de nuestras miradas...
para todo aquello que termina y nunca acaba, diría tf.

Tengo Rayuela hace tiempo. Confieso que no lo he leído. Imagino a una maga bajando por la Avenida que serpentea, y que corre, corre mucho. Como siempre llega tarde al autobús. Lleva un abrigo azul-azafata desabrochado a modo de capa, como un personaje de ciencia ficción. Encima de un andamio, Jota, ríe a carcajadas. Son las 7.57 y la loca de B, va como una bala mientras lo saluda con la mano:
¡Corre, corre, más rápido! ¡Hoy lo pierdes, seguro que hoy lo pierdes!.

No. Nunca lo perdí. Y sí, cada mañana Jota y yo nos reíamos un rato, a consecuencia de mi nulo sentido del ridículo. Siempre he pensado que Jota se enamoró una de esas mañanas de la chica que bajaba la Avenida como un rayo, rauda y veloz, tirando folios y bolis bic por el camino, mientras él, comenzaba la jornada laboral con buen humor, observando a aquella loquilla impuntual y con melena al viento.


Vuelve a hacerlo. Lo ha vuelto a hacer. Ha vuelto a mirarme como sólo él sabe hacerlo. Es una mirada de soslayo, medio de reojo. Empieza mirándome a los ojos, baja un poco hasta la cintura y retorna al punto de origen, fijando con sus ojos en los mios, toda la fuerza del universo, y como de costumbre ante la acción, mi reacción. Noto que mis ojos se convierten en esferas que desprenden lucecitas de colores, faros que iluminan la estancia, noto que mi sonrisa se expande como el Canal de Suez. Se me pone cara de gilipollas y voz de ñoña. Y sobre todo, siento alegría, felicidad, con una sola de sus miradas.

-Todavía te brillan los ojos. Me suelta de sopetón delante de todos, y con su peculiar tono susurrante.
Este tío siempre cree que estamos solos. Olvida su condición de casado, le importa un carajo el resto del mundo. Se centra en nuestras miradas y sonrisas y el mundo se para. El mundo se para y sólo existe la chica del abrigo azul-azafata y el granuja guapetón subido encima del andamio sonriéndole y deseando que acabe la jornada para esperarla en su jardín.


Son las siete de la mañana. Alguien toca al timbre en repetidas ocasiones. En mi casa solo estamos mi padre y yo. Abre la puerta y es Mario. Ya se despidió a las 21 horas. Yo no estaba. Está borracho, ha estado toda la noche bebiendo, cinco años en España y muchas vivencias, no le han permitido dormir. La añoranza acude antes de tiempo a su mente.

Va a perder el autobús. Vuelve con Rose Mary a Bolivia, en unos minutos.
Oigo como abraza a mi padre una y mil veces y le dice que lo ama, que es su papá español.
-¡Yo a usted lo amo! ¡Lo amo!
Está emocionado, no para de repetir que ama a mi padre y, que volverá a cuidarlo algún día.
Mario habla quechua, es indio de la selva, y supongo que su código de honor y lealtad es diferente o superior al nuestro. Sé que Mario volverá.
No salgo de la habitación. Demasiadas emociones en tan poco tiempo.
¿No creen?


"...Mi aire se acaba como agua en el desierto,
mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tú, y no estoy allí..."

Mario Benedetti
In Memoriam





17 comentarios:

  1. Hola Pirata
    Demasiadas, me alegra...

    ResponderEliminar
  2. Anónimo18.5.09

    Yuuupiiii!!! Lady Pi, que me alegro que estés aquí y de leerte...
    Me gustan los días con emoción, y siempre aparecen cuando menos te lo esperas.

    Besicos

    ResponderEliminar
  3. Cómo te he echado de menos!!!
    Bienvenida, milady!
    Un texto ideal para un reencuentro.
    Es curioso lo identificada que me siento en varios pasajes!
    Espero que te quedes por aquí mucho, mucho, mucho....
    Besos!!

    ResponderEliminar
  4. Aaayyy!!! Mi niña. Qué alegría me da volver a leerte.
    Pero cómo lo haces, jodía!! Me has emocionado.
    Eso es. Energía, energía, vitalidad,......Yo quiero aprender, reaprender, hasta que la bola de mi garganta reviente y se vaya...


    Un besito enoooorme y te ordeno que nunca, nunca más te vayas.... :)

    Mmmuuak!!

    ResponderEliminar
  5. ¡Hola Ev, Silvia, Antònia y Loose!
    He estado un poco desconectada, y con este recibimiento me van a entrar ganas de escribir ya que no estaba muy por la labor.
    ¡Gracias!

    Antònia, ¿te identificas con algunos pasajes?
    Jejeje, no me los digas, los imagino, los imagino.

    Loose, no me propongo emocionar, sólo narro aquello que a mi me emociona, y si consigo trasladarlo eso es genial.
    Jota y yo éramos puro fuego, demasiada intensidad, demasiada, te lo digo yo.
    Hace tiempo que soy más apagada.
    Aunque donde hubo brasas...

    ResponderEliminar
  6. Lady Pi... me limito a darte las gracias por estar ... bueno, y de paso quería pedirte que sigas 'queriendo estar' :)

    ¿Sabes? leyendo tu relato/tributo/reflexión me acordé de este poema de D.Mario, titulado Entre siempre y jamás:

    Entre siempre y jamás
    el rumbo el mundo oscilan
    y ya que amor y odio
    nos vuelven categóricos
    pongamos etiquetas
    de rutina y tanteo

    -jamás volveré a verte
    -unidos para siempre
    -no morirán jamás
    -siempre y cuando me admitan
    -jamás de los jamases
    -(y hasta la fe dialéctica
    de) por siempre jamás
    -etcétera etcétera

    de acuerdo
    pero en tanto
    que un siempre abre un futuro
    y un jamás se hace un abismo
    mi siempre puede ser
    jamás de otros tantos

    siempre es una meseta
    con borde con final
    jamás es una oscura
    caverna de imposibles
    y sin embargo a veces
    nos ayuda un indicio

    que cada siempre lleva
    su hueso de jamás
    que los jamases tienen
    arrebatos de siempres

    así
    incansablemente
    insobornablemente
    entre siempre y jamás
    fluye la vida insomne
    pasan los grandes ojos
    abiertos de la vida.

    No salgas de la habitación hasta que se te baje el ritmo cardíaco, pero en cuanto tengas las pulsaciones normales, corre, corre a ponerte la capa Azul-azafata...

    Mil bicos, loca:)

    PD: también yo tengo Rayuela y tampoco lo he leído. Lo voy a rescatar. Ya te contaré.

    ResponderEliminar
  7. HOLA LADY! Perdona que no te conteste antes, pro estoy a mil y ni pude. La frase de mi post es de Ortega y gasset, entro de un contexto de sus obras, pro me encantó!. Con respecto a tu escrito, es super.-emocionante y es cierto muchas de las cosas que encaras ahi, para crecer hay que perder. y pensar que una de niña siempre quiere crecer! y no somos concientes de los precios que debemos pagar por elo. Un besote grande!

    ResponderEliminar
  8. Sabes que sé que sabemos, Karmen, porque nosotras sabemos muuuuuuucho.
    Hay un poema (sino recuerdo mal que se llama "fulgores"), que trata precisamente de eso, de ojos como faros que iluminan. De ahí mi pequeño homenaje a Benedetti.

    Muchas gracias por recordarme "Entre siempre y jamás". Por ahí anda el juego.

    De la habitación salí; es un flashback (no sé como se llama en térmminos literarios) y la capa azul, ya forma parte de mis recuerdos.

    RAYUELA, hay que leerla pero YA.
    Venga, la leemos a la vez.
    ¡Besos bonica!


    Roxi, Roxi, sin prisa, que ya sé que tienes overbooking.
    Perder y perder, la filosofía de los que ganan. Siempre hay un quizás convertido en aún mientras exista el todavía.

    "Me voy en busca del Gran Quizás", como diría alguien (que no recuerdo ahora, leñe)
    ¡Besotes cielo!

    ResponderEliminar
  9. ¡Qué hermoso relato!

    Perdona si entro en tu casa, pero me atrajo el Indalo. ¿Eres de Almería?

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  10. ¡Hola Mar!

    He visto que eres de Murcia, yo (aunque vivo en Granada, soy de un pueblo del N. Ya son varias personas que me preguntan si soy de Almería, tendré que cambiar la imagen.

    (No me preguntes el pueblo por aquí :O)

    Vaya, y yo que pensaba que atraían mis comentarios.

    :)

    ResponderEliminar
  11. Muchísimas gracias, Lady Pirata, por contestarme.

    Nooo, no te preguntaré el pueblo por aquí. Jajaja.

    ¡No quites el Indalo, por favor!. Entré en tu blog por él, pero continúo aquí por tus palabras, por tus relatos. Me he puesto como seguidora pública. Si te molesta me lo dices, eh?.

    ¡Saludos!

    ResponderEliminar
  12. ¡Hola de nuevo, Mar!

    No, no me importa lo del casillero, no sé por qué habría de importarme, al contrario, me gusta.

    Cuando hice el blog, éso salió solo y no tenía ni idea de lo que era; cuando fui a quitarlo ya tenía a dos seguidores, y ahora hay unos cuántos que ni sé quienes son ya que no enlazan su blog o lo mismo es que no tienen.
    Y así me tienen, con mi insaciable curiosidad siempre en alza.

    Yo, me meto poco en los casilleros porque soy agorofóbica, pero tiene su aquél :D

    Venga, besos Mar (:

    ResponderEliminar
  13. Cómo puedes condensar tantas cosas en un solo escrito...y tenerme enganchadísima y encandilada. Envidia me da, de la buena (aunque mi amigo loro diga que no existe envidia buena)...y orgullo de ocupar un lugarcito en este espacio tuyo.

    Qué bueno tu vuelta!!! Loquilla, melena al viento...Cómo no te va a decir que te brillan los ojos, si brillas toda. Quién no lo ve?...

    Mmmmmmmmmmm....abrazo...y quédate.

    ResponderEliminar
  14. ¡MARA!

    Tuve un buen maestro.
    Pienso que si escuchas los consejos de verdad de la buena aprendes "algo", aunque sea poco, sin necesidad de que te lo tengan que repetir y repetir. Es cuestión de apertura mental y ganas de aprender de los que más saben.

    Me alegra, -no que me digas todo eso positivo (que también)- que te hayas dado cuenta que condenso cosas, porque lo hago y creo que pasa desapercibido, quizás esté algo velado.

    De cualquier forma es con la crítica como se aprende; ayer me dijeron que me he vuelto más densa y menos fresca, y también lo creo.

    Te suelto todo este rollazo, Mara, porque a todo el mundo no le parecerá que brillo, y porque cada uno tiene que encontrar su propio estilo. Sigo buscando el mío, por ejemplo dejar de repetir tanto "que".
    Y sobre todo, aunque te lo agradezco de CORAZÓN, aprendo a no creerme nada. Es la única forma de avanzar.

    Después de toda esta sarta de propósitos velados o no... ¡GRACIAS MARA!
    (Sobre todo por fijarte en los pequeños detalles)
    (:

    ResponderEliminar
  15. Bueno. Esta vez brillaste. Confía en mí, cuando estés opaca te lo diré...Ay, ese que me persigue a mí también.

    Besos

    ResponderEliminar
  16. ~~~~~~

    Si no puedes o no quieres hablar, puedes escribir. Queremos saber si tu está bien. También puedes disfrutar del buen clima en la costa de la mar.
    Puede ser alrededor ... de Motril!!!

    Beijo Pirata!

    ~~~~~~

    ResponderEliminar
  17. ¡Qué bueno el pescaíto de Motril, Corsario!

    Por fin arreglaron la autovía hasta la costa, la más cara de España, no me extraña, la orografía es tan rara como la mayoría de granainos.

    Estoy bien, es por eso que no me apetece escribir.

    ¿Qué tal en Barna??



    MARA, eso espero, que me digas cuando estoy en plan coñazo y densa. Suele pasar, suele.

    ¡Beijos!

    ResponderEliminar

Me encantan los comentarios, me hacen feliz los comentarios.
Coméntame o algo así :)