"El lugar donde más florece el optimismo es en los asilos de lunáticos". Havelock Ellis
"Pues yo preferíria ser un optimista loco que un pesimista cuerdo". Albert Einstein

viernes, 24 de abril de 2009

Estoy disponible pero no hablo


























David Ho




...Y seguir implicaba parar.
Y parando... Sucede.
Sucede seguir su cese.
Cesa el recorrido al arbitrio de comienzos.
Finales que no son más que paradas de metro.
Comienzos que vuelven sus ojos inalienables
a la prístina palma que hallara en el regreso
de su final, no vuelta.
No vuelto el albor,
huelga decir: ¡Sólo hay momentos!.



Estaré ausente de mi blog, no así de los vuestros.
No está disponible la opción a comentarios, ya que sé
lo que me váis a decir...¡ y yo también os quiero!



martes, 14 de abril de 2009

Cartas desde el Suelo


Mi mayor afición, decididamente es bailar.
No es que haya llegado a esa conclusión en éste momento. No. No es eso. Es que ayer iba por la calle escuchando música, y empecé a emocionarme. De nuevo, comenzó a entrarme ese gusanillo -ése que cuando estoy depre desaparece- por toda la fibra y entonces me visualizo en el escenario, pero no es que me vea allí subida y ya está. Tampoco es eso. Es que imagino luces, focos acoplados a mi propio ritmo, decoración, y por imaginar, imagino hasta el público.

Todo ésto viene a cuento, porque desde que era una niña siempre le decía a mi madre que me apuntara a clases de baile. Ella, me apuntó a la única academia que había en mi pueblo, de fandangos, seguidillas, sevillanas... pero a mi esos bailes nunca me gustaron. Cada cierto tiempo íbamos a otros pueblos o alguna ciudad a bailar en concursos, y, aunque nunca ganamos nada, nos aplaudían mucho, eso sí. Odiaba ponerme esas calcetas de múltiples colores, teníamos que sujetarlas con unas ligas horteras donde las hubiera, pero lo que peor llevaba era llevar moño. Me negaba. No era difícil reconocerme entre todas las niñas. Todas ellas iban conjuntadas, mismo traje, mandil, peinado, pendientes, complementos. Y a mi no me daba la gana de quitarme los pendientes de gitana, ni los arazos enormes para bailar fandangos, ni me daba la gana de recogerme el pelo en un moño ridículo y mucho menos ponerme una peineta. Así, que allí estaba yo, bailando seguidillas con mi floripondio rojo pasión debajo de la oreja, mis aretes turquesa, mi body negro ajustado, y MIS LEOTARDOS DE COLORES, MI LIGA HORTERA A MÁS NO PODER, y toda la jeta que podía echarle, o sea, dando espectáculo.

Tantas y tantas veces pienso donde quedó esa niña rebelde, que se pasaba el que dirán por el higo, y que se ponía el mundo por montera. Tantas y tantas veces...


Hace años estando en una clase que versaba sobre Iconografía Cristiana Medieval -cambiando de tercio que se dice- una chica, a la que le llevaría una década por lo menos, diole por dejarnos a todos con cara de bobos. Habíamos estado en el Monasterio-Igleisa de San Jerónimo y teníamos que hacer un trabajo de investigación sobre las esculturas profanas del altar mayor y de la bóveda.
Cuando el profesor nos invitaba a consultar manuales de esos cuyos autores tienen nombres que una necesita tres días para memorizar, ella con vocecilla de cuento de hadas y como quién parece que está hablando de la compra del mediodía, dijo:


-Profesor fulanito, yo me he leído todos los libros de Jurgis Baltrusaitis, "La Edad Media Fantástica", es mi libro de cabecera y tal y tal...
Al profesor creo que le dio un síncope de la emoción, ambos pasaron del resto de gentecilla inculta y tan contentos pusieronse a intercambiar opiniones sobre el bueno de Baltrusaitis. El resto de la clase, pues ya se sabe, unos a jugar a los barcos, otros a escribir poesías, otros a chismorrear.
Yo no. Escuché toda la sarta de palabros y citas con más cara de "aypordios que incultura la mía", que por verdadero interés.

Empecé a pensar. Y llegué a una conclusión.
Si para ser tan culta, refinada, estética y demás, tengo que ser tan snob, tan ñoña, tan poco comunicativa, tan sabihonda, tan enterada, y si mientras trato un tema tan interesante, en vez de agilizarlo para hacerme entender, lo que hago es el pino para llamar la atención del profesor, prefiero seguir con cara de boba.

Salía de clase, con la autoestima fatal. A mi, en aquella época no entender de un tema, y no poder inmiscuirme en la conversación, me parecía que era suficiente motivo para sentirme una mierda. Con no poco esfuerzo, he ido comprendiendo que no se trata de saber más ni menos, se trata de no compararse -sobre todo con aquellos que más conocimientos tienen- y en cualquier caso, seguir aprendiendo cada uno a su ritmo y sobre todo sobre todo, preguntar, ser humilde, y leer cuando se pueda y ampliar conocimientos por placer, no por competición.

Digo todo ésto, porque mi hermana me ha dicho que escriba sobre "La Tisca".
La Tisca, es una persona peculiar de mi pueblo. Tiene fama de estar un poco transtornada, siempre lleva sombreros que ella misma diseña y va a su bola. En verano, mi madre me contó, -partiéndose de la risa-, que yendo ella con el carro de la compra al mediodía y con unos 40 grados de temperatura a la sombra, se la encontró de sopetón.

La Tisca le dijo:

-Pero Meyes ¿donde vas con éste calorazo mujer y con lo mal que tienes las rodillas tirando del pedazo de carro de la compra? ¿No ves que te va a dar algo? Anda trae, trae el carro, yo te lo llevo a tu casa, y toma, ponte mi sombrero que te va a dar una insolación.
El sombrero era de paja y de ala ancha, por cierto ;)

Hace un par de años, su madre falleció. Ella va con asiduidad al cementerio a limpiar y poner flores en su nicho, pues bien, esta Semana Santa, me cuenta mi hermana que la Tisca se le acerca y le dice:

-¡Hay que ver que sensibilidad artística tenéis todas las hermanas!! ¿eh? (palabras textuales)

-¿Por qué lo dices? contesta mi hermana.

-Porque cada vez que voy al cementerio, siempre paso a leer lo último que le habéis escrito a vuestra madre, y hace tiempo que no leo nada.

A mi hermana, aguda ella, súbitamente le vino la idea del blog a la cabeza. Me dijo que le parecía cómo si tuviera que actualizar allí también.
Me ha dado por pensar. No le he escrito cartas a mi madre desde la tierra para que las lean otras personas. Fue durante meses una manera de soltar toda mi pena, y todas las cosas que nunca le dije, todo aquello que no tuve tiempo de expresarle mirándola a los ojos.
Pero también pensé que si alguna persona se siente identificada con lo que le escribo a mi madre, si consigo que encuentren paz y serenidad a través de mis letras, si buscan en su panteón una palabra de alivio y consuelo... que queréis que os diga:

¡Que le den al Baltrusaitis -ese sabio- y al baile... por el momento!

*Rectificación: A Baltrusaitis lo que hay que darle es las gracias

Próxima actualización, en el panteón de mi madre.
Porque la Tisca lo vale y punto.

miércoles, 8 de abril de 2009

*:*






Tengo ansiedad…
Entonces escribo… Pongo una letra, la estrujo, la aplano, la machaco, la exprimo. Luego la suelto sobre el papel y espero a ver si reacciona. Empieza a despabilarse, estira extremidades... Quietecilla se queda un rato sobre la hoja. Le tiro unos puntos suspensivos en desorden por molestarla un poco. Le cae uno en el ombligo, se sacude la cabeza, uno de ellos cae, rueda como un disco y va a dar por allá, casi al filo de la hoja hasta que se detiene antes a salvo, de la gran orilla del abismo en que se sostiene... La letra, como le sucede a uno después de llevar mucho sol en la playa, se levanta un poco zombi de estar debajo de la Lámpara… Se siente algo mareada, con sed.... Se mira al espejo y se ve delgada.... Un poco despintada... piensa que le falta un poquito de tinta y se empolva la cara. Pero está aburrida... Ésta hoja tan rectangular, tan típica hoja de oficina... blanca, corta, Lisa... se vuelve a ver al espejo se peina de asterisco...

Le gusta el ¡nuevo look! Se toma una foto... Se aburre otra vez... Se asoma a la hoja contigua. Ve tal texto tan inmenso que se devuelve. Piensa dentro de sí: -no ahí entre todas esas solo sería una más, a mí me gustaría ser una letra ¡artística!... ¡Diferente…! Se prueba los colores, se estira por aquí y por allá, recorta vestido, afila nariz... ¡Linda!... se ve tan Linda.... Acento francés, de coqueto sombrero. Toma una silla y se prende un cigarrillo light, (no le gusta fumar pero es solo para el estilo típico de artista sexy)... Le va muy bien su traje estilizado, incluso el porte de cadencioso aburrimiento... Le da por agarrar un Libro a la Letra...

Intelectua
Lizarse... Gafas pasta, guiño sobresaliente… Y encuentra allí una escritura especial... Inmediatamente se siente… casi enamorada... Es un texto hermoso pero muy homogéneo...; y ella con su porte de artista se sumerge como sin enterarse, como si se tratase de una densa piscina... Solo siente la delicia del chapuzón… No notaba que era tan extraña en ese lugar... Todas las letras Itálica, Negrita, Arial, Times, se hacían a un lado para dejarla pasar mientras ella caminaba en medio de todas... Le abrían camino… Raro que me vean así, pensaba... Pero ella sigue su camino hacia el sitio de su pasión, explorando toda la historia sin saber, que su sinuosa particularidad le estaba desbaratando por completo el sitio al autor.... Pero él, con ardua paciencia de sabio escritor, La toma de uno de sus extremos, La moja con su Lengua y la prueba, la degusta, La pronuncia varias veces… ¡Le gusta…! Era ella, la que él estaba buscando... Y era ese el sitio, que ella anhelaba...



Éste texto me lo dedicó la Damisela Evelyn y punto, hace meses.
Me dijo, que lo escribió pensando en mi, -éso de ser musas entre mujeres hetero a mi me parece casi mágico, y después hablan de que las tías somos pérfidas y malvadas entre nosotras.
En fin, al leerlo me quedé estupefacta y flipada, y no acababa de verme reflejada entre tanto arte, pero como dicen que somos tal y como nos ven los demás, pues... ¡Qué alegría, oigan, Qué alegría!!
No lo he transcrito todo, sólo la parte que ella me dijo que le recordaba a mi, y como ando un poco tristona, depre, con la autoestima por los suelos, pues he querido darme mi propio baño de autobombo.


sábado, 4 de abril de 2009

El instante... que no cesa






















Kaikaikiki



¿Por qué habría el tiempo intentar recordar lo que (no) cesó?

Habida cuenta de que a veces, es siempre todavía...
¿Por qué tendría que ser recordado aquello que produjo un momento determinado,
aquello que aconteció en un instante ingrávido e impalpable que derrite la norma de todos sus tiempos cuando pretende hacerse táctil?

En el momento justo donde el tiempo sentencia que olvidar no es sinónimo de su existencia, que el propósito de discernir hay que hallarlo en la premisa y en la promesa
de que olvidar encontró en recordar un buen aliado, pese a todo...

...en ése preciso instante, no cesa.



viernes, 3 de abril de 2009

Burbujas en el techo


Un asfalto expande párpados,
persianas a media asta.
Amanecer no es estar despierto.

En todo Océano
hubo un tiempo
donde fue invierno.

En cada despertar,
el sol hace una reverencia
en su puesta.



Burbujas en el techo.
No es lo mismo sentir
que estar sintiendo.



























Kaikaikiki